Soy tierra sin dueño.
Soy yermo.
Erial de cabras.
Páramo de destierro.
Sólo la escorrentía hiere mis carnes.
La furia de la maldita urgencia.
El placer etílico de los placenteros narcóticos.
No puedo olvidar y derribo las bellas estancias en las que te amé.
Jardín de ausencias, donde únicamente me abraza la estrangula hiedra.
Cedro soberbio que se automutila ante el imposible reanudar.
Diezmada vajilla nupcial.
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