Quisiera oir campanas, doblar a muerto, ver como la Parca siega infiernos.
Quisiera que el fuego, arrasara con el necio, con el zafio, con el vular y tuerto.
Quisiera ser profeta en esta noche mágica y escribir la tragedia de los que osaron calumniarme.
Quisiera y quiero que mañana al amanecer no existiera cizaña entre el trigo.
Veo el alma del desalmado y lo único que quiero, es prenderle fuego.
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