No está limpio lo que no lo parece.
Son las normas del infierno de la apariencia.
Reglas de un juego sucio.
Reglas que enjalbegan lo negro.
Reglas que enrasan lo tuerto.
Reglas del disimulo, del teatro, del fingimiento.
No todo lo que parece limpio está limpio.
Frío en los encopetados salones, iluminados por las arañas de los falsos destellos.
Porcelanas desbordilladas que en las vitrinas lucen su lado bueno.
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