martes, 13 de agosto de 2019
·Eufemia Mónica de Chamusca Vélez
Su casa, era de muchos cuartos, pero de muy dilapidada fortuna. Eufemia, paso los últimos años antes de su muerte, malviviendo encerrada en casa, alimentada por la caridad de los que muchos años atrás le habían servido. Encerrada y gastando ricos ajuares, sabanas que usaba y no lavaba, sabanas que fue acumulando en una de las cerradas habitaciones de su desvencijada y lujosa prisión. Hubiese tenido sabanas para vivir diez años más, pero la Parca la vino a vistas un 16 de septiembre, día de su onomástica y cumpleaños, así se cerro el ciclo de su vida, un día como el que nació. Claro que este último aconteció en la más absoluta soledad, aconteció en la más discreta de las estancias de su casa, en el cuarto que fue de Eulogia, la criada fiel, que aun sin remuneración y gastando su poco peculio, siguió sirviéndola.
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