Que labriega es la palabra surco, y qué hondo siento, que se clava en mí, el arado.
Es tiempo de legar corona, es tiempo de ceñirse espinas.
En el paredón de las desdichas, ha muerto el Rey.
Principes de la vanagloria, se han disputado su cetro y su corcel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario