viernes, 17 de julio de 2020

Espinoso recuerdo


La palabra puede mentir, la mirada no.
Los envenenados vocablos hieren, pero nunca rematan.
Es la perfida pupila la que asesta la mortal puñalada.
Son múltiples las desdichas, múltiples los amores imaginados.
Miradas que ni nos rozan, porque nosotros no somos su blanco.
Transcurrido el instante, todo es espinoso recuerdo.

2 comentarios:

  1. Hola Ángel. Qué alivio volver a entrar y experimentar tus pensamientos en mi intimidad tuya. Sentir el poder de tus palabras de nuevo, en la vulnerabilidad de mi sumisión intelectual hacia tu verbo. En otros tiempos mi orgullo me hubiese impedido decir algo así, pero hoy en día, asumo mi lugar en el mundo. Te echaba de menos. He leído todo lo que has cosechado en mi ausencia. A veces me gustaría saber cómo sería tu versión más feliz, pero me apeteces así, con esa contundencia de tus sinsabores. Me quedo con estos versos, de entre tus últimos fragmentos aquí desprendidos:

    ¿Quién soy yo?
    Para tenerte preso.
    Si en mi hacienda no hay torres,
    para otear el llano.
    Todo lo que tengo,
    cabe en un puñado.
    Todo lo que valgo,
    lo encierra mi pecho.
    Todo lo que soy,
    es del viento.
    En la ladera norte,
    tengo un cedro.
    En la rivera llana,
    planté un almendro.
    No estoy llorando,
    es sólo el viento.
    Ese imponderable,
    que mece tormentas
    y en mis tristes ojos,
    aviva tormentos.

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    1. Gracias por tus palabras Israel. Para mi es un alivio sentir que mis palabras lanzadas a este inmenso mar virtual, tienen algún eco.
      Tengo versión feliz, pero esa remostosa versión, no es poética, es almibarada cotidianeidad, insípidos días de acomodaticio estar.

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