Pierdo la noción del tiempo, leyendo los desatinos de tu piel.
Leyendo el infierno de tus malos días, tus entradas y salidas de presidio.
Garabatos malditos que retratan tu furia de corcel.
Enigmas, que esconden el tormento, de tus carceleras noches.
Juego a leer y acariciar esas cicatrices violáceas, esas tintas terribles, esos galones, que jalonan tu piel.
Versos en la media noche, pájaros heridos, leones rampantes, flamígeros corazones.
Me atormento pensando.
¿Quién garabateó en tu vida antes que yo?
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