tu insaciable furia
mi pureza
y yo rendido
consiento
tanta tropelía.
Si me juraras amor eterno,
quizás
a todo tu torrencial deseo
consentiría.
Me desordenas
con tus fantasías,
con tu inadaptada malicia.
Bésame antes de yacer,
que sólo encuentro
placer en tus besos
y me desordena tu brío.
Bésame que llega el día
y el alcohol se evapora
con la luz del nuevo sol.
Bésame y convénceme
de que quererte,
es soportar
este infierno
sin salida.
Bésame
y sálvame, que muero
con el luz
del nuevo amanecer.
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