No hace falta luz para intuir tu mano, para ver como asciende por la rodilla y alcanza el trofeo.
Me cuesta entender su inacción, su dejarse hacer.
No entiendo su leguaje soez para despotricar del sexo entre iguales.
A ti te entiendo y si no lo hubieras grabado con el móvil, dudaría de tu nueva y osada conquista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario