jueves, 20 de enero de 2022

La soledad del alba


En la lumbre 
que todo lo calcina 
he arrojado 
tus besos de hiel. 

Un traspié es tu caricia, 
un toxico recodo 
en el que me rindes
con zalamerías 
y promesas de farsa. 

Me rindes 
y me abandonas 
en las aguas muertas 
del estrangulador meandro 
que es tu yacer. 

No hay amor 
en el cascabel 
de tu risa, 
sólo fuegos de artificio 
que me postran 
y avasallan. 

Cada mañana 
calcino tus recuerdos 
en el fuego que caldea 
la soledad de mi casa.

Y al anochecer me visitas 
y derrumbas y rindes 
la ciudadela de las cautelas 
que proyecte 
en la soledad 
del alba. 

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