y con tu maldito querer
abrazo una fiera piedra
que me hunde
en este helado y profundo
mar que es desear.
Te quiero,
y me desordeno y lio
en la cinta roja del desvelo,
de la falta de sueños
que me hace
zaherirme y pecar.
Te quiero,
en este angosto callejón
donde ladran mil perros
que me impiden
la claridad.
Te quiero,
y en este maldito mar
que no me permite respirar,
me desespero
por volverte a gozar.
Te quiero,
y no lo puedo
soportar.
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