de frágil y lechosa porcelana,
que jugáis
con estrategias de añosa zorra.
Duele ver,
como desde las atalayas
ofertáis pasiones de infierno,
para hacer encallar
portentosos navíos
que sin vuestra meliflua perdición,
habrían vencido en la gran guerra.
El éxito, se esconde
tras mil escollos,
tras mil tersuras,
tras mil carnales artimañas.
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