El orden no se regala, se logra.
Olvidamos con demasiada facilidad que la civilización es un legado, que las reglas de juego necesitan la utilización legítima de la fuerza para proteger al atacado.
La Paz sólo es posible tras vencer al que hace la guerra.
No a quienes por mera ambición perturban la Paz del mundo.
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