miércoles, 27 de abril de 2022

Circo sin vanidad


Siento una desmedida inclinación 
por los tropiezos, 
por los caídos, 
por los parajes 
donde deambulan los heridos
en las contiendas del amor. 

Bares oscuros 
de remostosos mostradores, 
de olores agrios, 
de veladores de mármol 
donde se posan las miradas perdidas 
de las estrellas de ayer.

Siento un amor desmedido 
por los atribulados, 
por sus historias en bucle, 
donde la verdad está imbricada con la ficción. 

Siento debilidad 
por los surcos de la tristeza, 
por el cauce de las lagrimas, 
de los marginales Apolos 
y las teatrales Ifrigenias.

Siento que yo, 
también soy una sacerdotisa 
de uno de esos templos 
donde los despojados 
se inmolan día tras día, 
libando alcohol.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario