de mis acciones,
de mis indecisiones,
de mi cobardía.
Siento una tristeza
gelatinosa
que me atrapa
y hace torpes
mis esfuerzos,
la lucha
por desenredarme
de esa pegajosa
frialdad.
Siento el invierno
en primavera,
la ceguera
que es llorar
en este florecido
jardín de flores
que mi dramática
solemnidad
me impide disfrutar.
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