viernes, 12 de diciembre de 2025

El deslumbrante engaño.


Me desespera la simpatía, 
esa docilidad que despliega 
quién siempre miente.  

No deseo halagos, 
prefiero la aspereza 
de la verdad no domada.

El tiempo orina la farsa, 
como el tiempo 
orina la pacotilla.

El engaño deslumbra, 
pero en ese fulgor 
no hay elegancia.

Ametrallaría al hipócrita, 
sin sentir ninguna culpa.

No hay nada tan exasperante 
como ver cómo ocupa 
las primeras filas 
quien sin talento 
tiene el éxito 
que alcanzaron sus alharacas.

Lo que queremos ver y oír, 
la verdad que el truan 
no quiere reflejar.

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