Sublimar
Argumentar es pensar, pero pensar no es regir las emociones, las emociones las rige el instinto; la educación y el pensamiento retuercen la impúdica tensión del deseo. Alambica emociones el hombre en el absurdo juego de la etiqueta, el fingir, el solapar y el sublimar. Por el animal te estimo y en la verdad de tu fiera te quiero, consiento al protocolo, el mínimo enredo y en la desnuda pulsión atávica, torturada y atroz.............................. te desvelo.
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