Estrecharemos las diestras
Tres arengas acres tras las promesas forzadas.
Fue encarnizada la derrota.
Ríen las matronas de la ciudad donde estrechamos las diestras que con delicada ternura nos colocaron el yugo.
Lucharemos intramuros en los oscuros y estrechos pasajes.
Nadie esta rendido de por vida.
Se puede sonreír a la vez que se llora.
Los caudillos yacen heridos y es preciso para salvarlos someterse a los ultrajes hoy, mañana ya se atacará.
Hoy llueven lagrimas, ayer llovían proyectiles, mañana se precipitara nuestra venganza.
En la esclavitud que rinde mi cuerpo.
Profetizo que en un futuro amanecer, de una pedrada mataré a tu auriga.
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