viernes, 1 de febrero de 2013
Andar y medrar
¿Dónde se contiene el mérito o el demérito?
¿Qué nos impide la eterna gracia?
Son libres las hazañas.
Son libres los fracasos.
Somos acreedores de tesoros pretéritos, heredamos construcciones de nuestros progenitores, estatus no sudados.
¿Las merecemos?
Siempre alguien envidia nuestros sueños.
Los matices acomodan la ética a los espúreos intereses.
En la cómoda estética abrazamos llenos de candor la menguada moral.
Con la bravura del toro.
Con la mansedumbre del cordero.
Las apasionadas y dramáticas palabras del lenguaje noble y elevado, justificaran los recodos de las bajas pasiones, la tortuosa urdimbre de la carrera que intenta minimizar el exagerado dolor y maximizar el salario de las jornadas a costa de menguar injusta e injustificablemente salarios a otros.
Todo encaja, todo es dentado, todo esta articulado y se acopla el robo provocando en otro nicho una carencia.
Toda demasía conlleva una lesiva ausencia.
El encanto abominable de los seres ciclópeos que en su andar y medrar tapizan el camino de su éxito de desafortunados cadáveres.
Soberbia escritura de vituperios.........................
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