El gran dolor de estar desalado.
El gran dolor de ver como a tu enemigo le dan alas.
Descarna la escorrentía de la calumnia mi frágil mantillo.
Erosión de despropósitos.
De dudas que generan vigilia.
De vigilia que genera temor.
De temor que me hace más vulnerable.
Sigilo en el deambular por mi casa.
Amedrentador estado de burócratas que interpretáis leyes al albedrío del provecho.
Cúspides de cainitas, crestas de títere y varitas de mando que lucís como mayorette en las fiestas de barrio.
Baño de populismo en el calor del verano.
Ranitas ansiosas por llegar a príncipes.
Príncipes del travestimos que cuando llegáis a casa y os desafeitais y desvestiis sois mondas ranas.
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