Demasiado libres
¿Por qué el instinto de vivir, no prevalece sobre los alambicados procesos de la depresión?
¿Por qué no prevalece sobre los desasosiegos que provocan las adversidades y los tropiezos?
Hoy es un día de lluvias y quizás mañana también, pero terminará saliendo el sol, y veremos la infinidad de caminos radiales que hay entorno nuestro.
El hombre se debe sobreponer al destino, Dios le hizo fuerte y quizás demasiado libre, pues le dio la libertad de dejar de vivir.
Yo no vivo sólo por mi, vivo por los demás, por los que me quieren y dependen de mi.
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