San Sebastian espera impaciente nuevos convidados.
Se esconde el sol hoy también.
Y la acuosa ternura empapa de lagrimas el aire de sierra.
Brillan mojadas las flores de plastico, mordidas por la luz del seco verano.
Ni siquiera son eternos los colores chillones.
Y yo me repito no me gusta pasearte, porque me duele pisarte.
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