Tiempo de recato y de pocas joyas.
Sí, son pocas las alhajas que se salvaron de la quema.
Son pocos los placeres que tras la guerra han quedado.
Diezma la crisis los ahorros de la bonanza.
Desaparece el color de los días de sol.
Y aflora el punto de no retorno.
Isla incomunicada y desierta donde habita la privación.
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