Estiajes en el cauce que riega mi alma.
Espíritu inquieto que no florece en la lluvia.
Río de sol que las nubes ocultan.
Pedregal de musgo que los gorriones picotean.
Robles que mueren en la inundación.
En la entumecedora llovizna.
Nada sale el sol en este gris invierno.
Eterno llorar de ángeles por tanto obrar cainita.
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