Es el verde el color de tus ojos.
Es tu verde el color de mi primavera.
Con lluvia fina lloro las horas que te ausentas.
Veo esos segundos como desiertos enormes sin caricias.
No me canso de sentir tu mano en mi rostro.
No se cansa mi mano de recorrer tu rostro.
Terreno conocido e ignoto.
Y en tus verdes estanques, berilos de Persia.
No se cansa de nadar mi mirada.
Traspasan mi corazón tus besos.
Y se cimbre la palmera de mi cuerpo con la brisa de tus palabras.
No me canso de oírte decir que me quieres.
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