Sin patrón y dominados por la ira.
Son las manos que recibieron mi caridad.
Las que controlaban mis rutinas.
A las que les resultaba fácil sorprenderme indefenso.
Escalones prohibidos para los que zona la vagancia.
Generan tormentas en el alma de quien sufre la mancha de la inferioridad.
Temer a quien subordina el demérito.
Es un patrón para defenderse de la ira.
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