Heridos en la belleza.
Heridos en la perfección.
Camino de tramperos.
De sombras desdentadas.
Esquivando zarzas.
Es imposible desdibujarse en este horizonte de amenazas.
Deseados en lozanía.
Odiados en altivez.
Forzar un uso no es poseer.
Siempre el muñón recuerda la amputación.
Cercenar al envidiado genera una ola de aplausos en el famélico vulgo.
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