Tierra quemada dejaré a mis espaldas.
Para impedirme volver.
Cerraré mi retorno con atroces delitos.
Me cerraré al amor.
Y abriré el odio.
Abriré la puerta al insulto.
A la palabra soez.
A la huida perenne.
Al elegido desamparo.
Al horizonte de cenizas.
A los pies cargados de barro.
A los sueños rotos.
A las esperanzas heridas.
A las alambradas de espino.
No volveré y lo sé, porque mi corazón ya se ha ido.
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