Las catástrofes hacen aflorar las virtudes, pero también las miserias.
Sorprende ver tanto miserable, que sin ninguna empatía, solo les preocupa el Ebola porque amenaza con llegar a sus casas.
Que se mueran en África, que se mueran sin que yo los vea, que no los traigan a España, que no son de mi familia, que ni me duelen, ni me importan.
El Ebola llegará a Europa y Europa lo tiene merecido, por no frenarlo en África.
Y salvar a los infelices que no tienen recursos, y salvarlos no solo del Ebola, si no del hambre, y de mil enfermedades más que nada nos importan.
Solo tiene miedo a la muerte el miserable. porque el legado que deja es de miseria.
No abandonan los barcos los fieles tripulantes, lo abandonan las ratas.
Los que cuidan enfermos cobran por ello y ese es el riesgo que tienen, los que apagan incendios pueden morir abrasados, los pescadores ahogados, así sucesivamente, son los riesgos laborales, lo que les ocurrió a los misioneros muertos no son riesgos laborales, son riesgos de amor.
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