martes, 7 de octubre de 2014

Solo es eterno Dios

Los espíritus no mueren.
Solo mueren los obreros de la mies.
El trigo viejo entrega su vida en el surco para que nazca el trigo nuevo.
Solo es eterno Dios.
Nuestros cuerpos, peones al servicio del loable fin, son efímeros.
Efímeros portadores del legado de fe.
Legado que se perpetuará y acrecentará en el campo labrado por nuestras obras.
El amor siembra amor y solo nace amor.
Nada teme el que rectamente obra.
Nada teme el que cuando se tuerce, enmienda y del tropiezo se compadece.
Humanos empapados de una fuerza divina.
La fuerza del amor.

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