Llega la verdad de la mano del humilde.
Llega el ejemplo de la mano del más pobre.
Nada se guarda el que comparte todo lo que tiene.
Racaneamos hasta los minutos que dedicamos a escuchar.
Cuando el que escucha se llena y el que habla se vacía.
Somos cantaros que tenemos la obligación perenne de llenarnos en mil fuentes.
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