Es el fiasco el que nos hace cambiar de estrategia.
Es ver el reflejo de la locura, la alarma que dispara la enmienda.
Cavilar para cerrar en falso.
Granada mazmorra de vicios doblados.
Sombras tras los visillos de la casa lóbrega.
Seres perniciosos que enamoran en la mendicidad.
En la pedigüeña pobreza que abraza solemnemente la ilustre vagancia.
Cascarón vació, vaca muerta e hinchada en la putrefacción del último instante.
Solo soy sopor que con elegancia tropieza.
Asco frívolo, nausea de ego fallecido.
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