Hiere la equidistancia de quien se creía próximo.
Es tan relativa la cercanía.
Creemos sentir el aliento de alguien.
Creemos sentir su caricia.
Creemos sentir su defensa.
Vivimos imaginando.
Vivimos figurando.
Impulsos que sólo conocemos en teoría.
Pulsos que nos los brinda el destino.
No queremos anticiparnos al dolor.
No queremos sufrir imaginando.
La ira nos salva.
Nos salva el rencor.
Nos protege el temor.
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