Empolvamos la codicia con el talco de la caridad.
Ansiamos la preeminencia justificandola en la humildad.
Lobos que en absoluto son pastores.
Competimos por ser los primeros en ayudar.
Ayudamos como si la caridad fuera un deporte en el que competir.
Hipócritas enharinados.
Somos miseria disfrazada de humanidad.
Somos hienas ávidas de primeras filas.
Somos alimañas que sólo buscan medrar y legar.
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