Lleno de cólera el estanque maldito.
Entre el bufar de los sapos.
Lo lleno a sabiendas de que no tiene aliviadero.
Solo arrasadora riada cuando estalle el dique de mi paciencia.
Cuando impaciente reclame el sitio que la zahinidad me niega.
El sitio que la mesura demora.
La torre que legítimamente gane.
Ambar de senectud que olvida contiendas.
Ambar de olvido que lejos aun estás.
Somos el capricho de las tormentas.
Vemos sólo el horizonte que nos obcecamos en ver.
La mesura traza estrategias pero también arma al rival.
Demorar es perdias henchido de cólera.
Es perder días sin poder aliviar.
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