Bienaventurada la indiferencia y sus letales consecuencia en la infulas del cretino.
Bienaventurada la pereza y la inacción ante el baladrón que espera respuesta a sus maldades.
Bienaventurada la soberbia que hiere de muerte al necio que espera brillar en la calle sin portar él ninguna luz.
Bienaventurados los que no escuchan insultos y desoyen al populacho guiado por el malhechor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario