Perseguiré tu idílico rostro de sombras hialurónicas.
Amor de vicios volubles.
Amor de voluptuosos vicios.
Somos tragicómico drama que se pierde en las adictivas infiltraciones.
Tersos gracias a la toxicidad, a los venenos paralizantes.
Damas del bisturí y de los retoque que aún no son hereditarios.
Venus octogenarias que aún no han rebasado la treintena.
Hidras de alcanfor y naftalina.
Deseos de vahos de ginkgo biloba.
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