domingo, 11 de marzo de 2018

Caleidoscópicas madrastras


En los brazos húmedos del gélido viento, viaja mi soberbia.
Selva de desafectos y impuras caricias.
Palabras de mortificadoras que adornan mi cuerpo.
Gemir en la dulzura de las caleidoscópicas madrastras.
Abrazo de tierra parduzca y salitre.
Siento la espinela de tus ojos embridando mis desbocados latidos.
Desaliento sin obstáculos, amanecer de niebla.
Vil polvo, pasto de gusanos.
En las instantáneas habita el recuerdo, lejos del alcance de mi borrosa conciencia.

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