La luna nos llama, cuando se acaba el tiempo tasado.
Se acaba el calor, cuando se evapora el tiempo.
Lividez tras la perdida frescura.
Rigidez y dolor tras el ultimo aliento.
La luna nos llama y tras la marcha cierra la puerta y finiquita el adiós.
Tiempo finito, efímero, malgastado.
Besos estancos, besos de fríos rescoldos, besos que abren el olvido.
Somos vulgar hojarasca que pronto se descompondrá.
Energía que construirá quizás futuro.
Pocos son los llamados a la gloria mundana.
Pocos muy pocos serán pedernal.
Sólo polvo, polvo sin proezas.
Polvo de olvido.
Miseros granos de arena, en el anónimo arenal.
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