Son austeros los día nublados.
Sonata de crepusculares grises.
En el encharcado suelo chapotean mis canes.
Trinan los gorriones bajo los aleros.
Y los nubarrones de piedra cercan el valle.
Ni una hoja se mueve en esta calma de plomo.
No se despeja la tristeza en esta mañana de duelo.
En este duelo de anochecer que ha llegado tan temprano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario