viernes, 23 de noviembre de 2018

Chapoteo


Chapoteo en la suciedad de una sociedad que se auto aniquila, en el regodeo perenne de la zafia risa del desinstruido, que tras el humo cómico de su crítica ácida, al marco que ampara su liberticida chanza, esconde la sectaria angostura que pretende imponer a quien no sigue ni jalea sus mofas y algaradas.
Nos señala el pensar distinto, en este mar uniforme de inquisidores que se enharinan de progreso para tapar el tufo a caverna, a reparto de preeminencias, de señoríos, de prebendas.
Son las más sucias manos, las que hoy manosean el pan, el pan narcótico, que atonta con su gratuidad a la ingente masa de vagos, a los indolentes que frente a las cajas tontas, viven obnubilados por el titilar de las mezquinas oraciones del tabernaculo de la información de parte, de los partes de la desinformación, de la secta que llena con sus galernas de odio las mentes de los llanos, de los aniquilados por su llaneza, de los aturdidos por el chisporroteo de los petardos, por las tracas de la pólvora del Rey.
Vivimos aciagas postrimerías de televisivos pastores, de bustos parlantes que extienden el betún de las profecías de Azrael. Invierno de Parcas, de zurcidoras de desastres, de velas remendadas que llevan la barca de Europa, al precipicio de la autocomplacencia y a la silenciosa invasión.

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