lunes, 14 de octubre de 2019
Un cadáver sin nombre
Muy triste ser un muerto sin nombre, un cadáver que ha sido abandonado hasta por su alma.
Triste que se publique la foto de ese rostro en los diarios buscando que alguien le ponga nombre.
En el bullicio es muy fácil perderse, es muy fácil el anonimato, es muy fácil morir solo, rodeado de mucha gente.
Tiempos de vértigo, en los que sin pastor nadie nos hecha en falta, nadie se percata de nuestra ausencia, nadie llora nuestro extravío, ni nuestra pérdida.
Es fría la soledad, como frío es el mar como último lecho, a pesar de estar mecidos por las olas y acunados por la sal.
Tiempos de vértigo, en los que es muy fácil ser un cadáver sin nombre.
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