y no nos percibimos,
nos destroza vivir
y seguimos sin percibirnos.
Existen los espejos,
pero no existe
nuestra capacidad
para percibir esa cruda realidad
que es la destrucción.
Las estrellas brillan en la noche,
pero no nos marcan ningún camino,
somos libres para tropezar,
libres para incendiar
las naves de nuestro futuro.
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