La topografía del rendido, mil golpes, mil magulladuras, mil escarnios.
Espabilaré el pabilo.
Romperé los sellos de lacre.
Soltaré la cadena que esclaviza a la fiera.
Borraré los cauces.
E imploraré mil torrenciales lluvias.
Y sin cauce, vial y norte esperaré que la escorrentía todo lo arrase.
Que las mil lluvias de lagrimas laven la afrenta de las zorras sin alma.
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