Es un ventisquero el salón de las tristezas.
El salón de los perdidos.
Se entumecen los sillones en los arribados fríos.
Y lloran las llagas de las losas de granito.
Llego ya el tiempo que entumece.
El tiempo donde muchos se despiden en el viaje sin vuelta.
Hace frío en la sala de los portaretratos que impiden el olvido.
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