lunes, 30 de enero de 2017
La dama del bochinche
Vivía en la celeridad, la dama del bochinche y el morapio, la ramplona chacha de Macario.
Su verbo era escorrentía de exabruptos, pestilente enredo de vulgaridades y fiebres de altura.
Que duro es ver, como un rayo cambia la fortuna, pero la fortuna no cambia la ebria descompostura de la mondonga friega pucheros.
Rica servil, rica al servicio de todo lo espurio, de todo lo sórdido, de las tareas más innobles.
No puedes comprarle un palacio a una acémila, porque seguirá prefiriendo vivir en el establo.
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Me gusta el estilo agresivo y el vocabulario poco conocido. Es bastante original.
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