Se ganan las guerras asumiendo el ejército que nos depara la suerte.
Entendiendo que tenemos las armas que la fortuna nos dio.
Jamás se gana siendo presa de la desmoralización.
Renegando de los peones de nuestro equipo.
Soñando con las jugadas que nos niega el azar.
Tenemos lo que tenemos y si lo organizamos y estudiamos debilidades,
ganamos.
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