jueves, 4 de octubre de 2018
Adiós Victoria
Se desliza la arena con rapidez inusitada, de un modo muy presto, con abrupta fiereza, con laceraciones inmensas. Nos hiere la arena, la inclemente perdida, la arrebatadora ausencia del tierno afecto, que se desvanece en segundos, con la lanzada de dolor coronando los ojos perdidos, acuosos.
Siento tanto y me desmorono, el calor se ha ido y la rigidez congela la última mueca, que ya nunca olvidaremos, que siempre nos perseguirá.
Victoria derrotada, ternura que se pierde en el frío del adiós sin retorno.
Imposible salvarlo todo, imposible no sufrir al amar, necesidad que nos baña de fría ausencia, de liquen, de pereza, de sueños tristes y de manos que acarician el aire que ellos ya nunca respirarán.
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