La plaza de los soterrados.
De las fachadas edulcoradas.
Para no perder comba, hilo y brillo.
Con lo publico acicalo mi casa.
Con el acarreo de antaño restaño fisuras.
Y desiembro las dudas sobre mi fortuna.
Cacarea el pavimento pela tacones que son duros los adoquines de la plaza que brindo a los míos por mis santos y secretarios cojones.
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