Son las puertas angostas las que defienden mi casa.
Son las puertas por las que solo entra el asceta.
Es tan vulgar todo lo que el ego engorda.
Que pocos pasan por el ojo de una aguja.
El que por la pacotilla brilla.
Es el que no traspasa el umbral de mi casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario